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Ocupa la 21º posición de 158 países en el índice sobre innovación y tecnología de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD). Destaca especialmente en investigación y desarrolloLas tecnologías punteras como la Inteligencia Artificial, la robótica y la biotecnología tienen un increíble potencial para transformar el mundo y avanzar en el desarrollo sostenible. Pero también tienen el poder de aumentar las desigualdades entre sociedades, según los países cuenten estén más o menos preparados para las tecnologías del futuro. Una doble cara de la misma moneda que se ha puesto aún más de manifiesto con la Covid-19, ya que durante la pandemia la tecnología ha sido una herramienta crítica la hora de controlar la expansión de la enfermedad.

Con el fin de orientar a las naciones ante la disrupción tecnológica, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) ha publicado recientemente su Technology and Innovation Report 2021, que incluye una clasificación de los países según su nivel de preparación ante las tecnologías punteras. En él, España ocupa la 21º posición de un total de 158 Estados, lo que le sitúa en el grupo de países mejor adaptados a los cambios del futuro y con mayor puntuación en el estudio. En concreto, nuestro país ha obtenido una puntuación global de 0,83 puntos sobre 1, por encima de países como Austria (0,79), Nueva Zelanda (0,79), Italia (0,76), China (0,76) o Rusia (0,75), y muy cerca de Israel (0,84), Noruega (0,86) o Japón (0,87). 
Lidera el ranking Estados Unidos, que obtiene la máxima puntuación (1), seguido de Suiza (0,97) y Reino Unido (0,96), mientras los países del África Subsahariana son los que peores condiciones tecnológicas presentan. 

Fuertes en innovación y desarrollo de tecnologías punteras

De las cinco categorías en las que la UCTAD basa su análisis, España obtiene su mejor posición del ranking en innovación y desarrollo (R&D, por sus siglas en inglés), en la que consigue la 14ª posición. Una actividad, la I+D, necesaria no solo para la producción de tecnologías, sino también para su adopción y adaptación. La UNCTAD ha tenido en cuenta para evaluar este ámbito el número de publicaciones y patentes registradas sobre las 11 tecnologías punteras: Inteligencia Artificial (IA), Internet de las Cosas (IoT), Big Data, Blockchain, impresión 3D, robótica, drones, edición genética, 5G, nanotecnología y energía solar fotovoltaica. 

España también se sitúa entre los 20 países más avanzados del mundo en despliegue de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). En concreto, en el puesto 16º como el país con un mayor uso, adopción y adaptación de las tecnologías punta. Esta categoría del informe valora la capacidad del país en cuanto a acceso y calidad de la infraestructura, para un uso más avanzado y eficiente que no deje a nadie atrás.
Asimismo, España ocupa la 22ª posición en la categoría de habilidades, que evalúa el grado de competencias de las personas y tiene en cuenta la escolarización, formación y cualificación en el mercado laboral; y la 25ª en cuanto a acceso a financiación del sector privado, necesario para acelerar el uso, adopción y adaptación de las tecnologías de vanguardia, y para el que la UNCTAD ha tenido en cuenta el porcentaje de PIB que se destina a I+D en tejido empresarial.
El mayor margen de mejora de España lo presenta la categoría de actividad industrial, que monitorea las actividades en curso en la industria relacionada con las tecnologías punteras; en concreto, en los sectores de la industria manufacturera, de las finanzas y de las TIC, teniendo en cuenta también sus exportaciones. En este ámbito, España alcanza el puesto 39 de los 158 países del ranking.

Nuevas tecnologías para acelerar la productividad

Según el informe, las once tecnologías en las que se centra el estudio representan actualmente un mercado de 350.000 millones de dólares, una cifra que de aquí a 2025 podría llegar a los 3,2 billones de dólares. Las nuevas tecnologías permean ya en todos los sectores de la economía: desde compañías financieras que las utilizan para tomar decisiones de crédito, gestión de riesgos, prevención del fraude, banca personalizada y procesos de automatización, hasta los sectores manufactureros, que las emplean para control de calidad y trabajo combinado entre robots y humanos. 

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