¿Por qué el Clínic de Barcelona bajó su tasa de fallecidos por Covid-19 en la primera ola de la pandemia al 12%, cuando en el resto de España y la UE fue de alrededor del 25%?
Carolina García Vidal, especialista senior de Enfermedades Infecciosas del Hospital Clínic y profesora de la Universidad de Barcelona, estaba a principios de marzo confinada en su domicilio por dar positivo de SARS-CoV-2 en PCR y muy preocupada porque su madre estaba sufriendo la covid-19 y por la situación que se empezaba a vivir en su centro. Además, como responsable de Infecciones Respiratorias de hospital, teletrabajaba y estaba pendiente de los datos clínicos de los, en ese preciso momento, 40 pacientes con la nueva y, por tanto, desconocida enfermedad ingresados en el centro, un número que crecía día a día con rapidez –“de 40 pasamos a 80, a 200, a 800…”-. En esas circunstancias, tuvo una idea que luego permitiría salvar la vida a un 50% más de pacientes que otros centros nacionales e internacionales: adaptar a los enfermos ingresados por covid-19 grave una herramienta de inteligencia artificial que ya se estaba desarrollando en el centro para controlar enfermedades infecciosas en enfermos de onco-hematología: el SILD (Sistema Inteligente de Lectura y Des… de Datos).
Gracias a esa idea, el Clínic dispuso desde el principio de la epidemia de un centro de control específico para covid-19 integrado en su SAP, al frente del cual están 5 profesionales de Enfermedades Infecciosas, que es un servicio transversal (apoyo a todas las especialidades del hospital). Ese centro de control está ‘ubicado’ en el servidor local del Clínic; sus datos no salen del hospital, y está anonimizado.
En tiempo real
En el momento de este entrevista con García-Vidal desde ese centro de control se monitoriza en tiempo real a 30 pacientes ingresados en tres plantas con covid-19, pero en el momento álgido de la primera ola de la pandemia se llegaron a supervisar más de 2.000 en camas de todas las plantas del hospital y de hoteles habilitados para poder atender a más afectados.
La original herramienta informática permite a los 5 especialistas que la controlan “ver” todo lo que está pasando en los pacientes con covid-19, lo que en la primera ola resultó fundamental para que los 10 infectólogos del centro pudiesen dar apoyo a todos sus colegas de otras especialidades que, por fuerza mayor (la gran presión asistencial monográfica), debieron ocuparse también de la atención a ingresados por covid-19.
Además, al inicio de la pandemia, los investigadores del centro habían identificado unos patrones en la analítica de los pacientes con covid-19 indicativos de diferentes complicaciones clínicas y de que, por tanto, necesitaban de una aproximación terapéutica diferencial.
García-Vidal, exponiendo este relato a Diario Médico, precisa que gracias a los datos de los primeros enfermos que vieron en el hospital, de referencia para esta enfermedad en Cataluña, identificaron que la covid-19 no es una enfermedad sino un proceso con tres patrones: inflamación, suprainfección (otros patógenos pueden afectar al enfermo, muy bajo de defensas) y evento trombótico.
Con el SILD y esas evidencias clínicas crearon la solución de Inteligencia Artificial capaz de analizar en tiempo real más de tres trillones de datos anonimizados de pacientes con covid-19, identificar los diferentes patrones clínicos y servir de base para proponer un tratamiento personalizado para hacer el abordaje más adecuado para cada paciente.
Esa solución es la que permite a los 5 infectólogos que tienen acceso a ella leer la historia clínica electrónica en tiempo real, en la que se vuelcan continuamente datos clínicos de alta calidad (lo hacen equipos mixtos de informático-médico). A través de un árbol de algoritmos, el sistema clasifica de manera automática dos tipos de pacientes: los más graves para cada uno de los tres patrones, que requieren actuaciones preventivas y de choque más agresivas (atención personalizada), y los leves, que pueden ser drenados a otros dispositivos asistenciales y liberar camas, algo fundamental en caso de situación de colapso como la acontecida en muchos centros de agudos en el peor momento de la primera ola. Si algún enfermo empeora, el sistema lanza la alarma y el infectólogo que hay al frente del centro de control avisa al médico responsable y juntos deciden rápidamente los cambios oportunos en la pauta terapéutica. El tiempo es oro, especialmente en estos casos.
La pantalla de ordenador desde la que García-Vida controla a los pacientes con covid-19 de su hospital, ubicada en una habitación minúscula sin ventanas, muestra sólo listados de números a ojos ajenos pero ahí están perfectamente codificados los nombres de cada enfermo, qué cama y en qué planta están, quienes son sus médicos responsables …y todos los datos clínicos que se suelen recoger en una historia clínica electrónica pero, en este caso, en tiempo real y con mucha precisión en su volcado. “Todo está revisado por médicos; la calidad es elevadísima”, asegura García-Vidal.
Los primeros resultados de esta experiencia con la nueva herramienta de inteligencia artificial se publicaron en Clinical Infectious Diseases y concluyen que se ha conseguido predecir la evolución de los pacientes con una eficacia del 90% y disminuir la mortalidad un 50%. Éste porcentaje sale de la comparación de cifras puras antes y después del uso del nuevo sistema de inteligencia artificial en el propio hospital y del cotejo con las de otros centros catalanes y del resto de España e internacionales.
García-Vidal destaca otros datos: la mortalidad se redujo un 80% en el subgrupo de pacientes más graves y la mortalidad global por covid-19 en el Clínico bajó al 12%, cuando en el resto de España y la Unión Europea la media fue de alrededor del 25%; y en China, del 40% (90% en UCI).
Juicio clínico
«Nuestro objetivo no es suplantar el juicio clínico respecto a un paciente específico; más bien tenemos una herramienta objetiva que puede orientar a los médicos en los procesos de toma de decisiones clínicas», manifiesta García-Vidal; algo que ya destacó en la rueda de prensa de presentación que realizó en julio.
El apoyo de la dirección y de todos los profesionales del centro para aplicar rápidamente la propuesta de estrategia de García-Vida, evidentemente, fue fundamental: “La covid-19 me ha hecho sentir profundamente orgullosa de trabajar en el Clínic. Fuimos una piña desde el principio; no hubo ni un solo problema. Aunque lo hemos pasado muy mal…algunos compañeros enfermaron y también los hay que perdieron familiares”, dice.
La experiencia del Clínic con esta herramienta de inteligencia artificial para covid-19 puede ser el germen de muchas otras por patologías y por centros y niveles asistenciales….”, vaticina García-Vidal.
¿Se puede patentar?
El equipo coordinado por Carolina García-Vidal, especialista senior de Enfermedades Infecciosas del Hospital Clínic, está desarrollando un proyecto, financiado por EIT Health (Instituto Europeo de Innovación y Tecnología en Salud), para extender la innovadora solución de inteligencia artificial SILD (Sistema Inteligente de Lectura y Dispensación de Datos) a otros hospitales.
Cuenta con la participación de la Mutua de Terrassa y el Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona, los dos en la provincia de Barcelona, y, en el ámbito europeo, con el Hospital Erasmus en los Países Bajos y el Hospital Universitario de Lovaina, en Bélgica.
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