La selección de Capture the Atlas incluye fotografías de gran calidad, incluyendo perspectivas hasta ahora inéditas de nuestra galaxia
La contaminación lumínica es una de las causas de que cada vez sea más difícil observar la belleza del espacio exterior.
Solo desde puntos privilegiados, casi siempre en zonas alejadas de las grandes ciudades se pueden captar imágenes de la Vía Láctea como las que no muestra el blog de fotografía y viajes Capture the Atlas en su colección anual del Milky Way Photographer of the Year.
En la edición de 2021, que se acaba de presentar en público, han sido seleccionadas 25 imágenes de calidad y estética excepcionales.
La imagen captada por Spence Welling en Utah (sobre estas líneas) demuestra que los desiertos del suroeste de Estados Unidos dispone de lugares magníficos para capturar el cielo nocturno. Con tantos lugares espectaculares, es fácil pasar por alto algunas de las gemas ocultas más oscuras.
En este caso, la fotografía ha sido tomada desde la parte inferior de un remoto conjunto de acantilados en la zona de Grand Staircase-Escalante. Debido a su lejanía, esta cueva de piedra natural ofrece algunas de las vistas más claras y prístinas de la Vía Láctea enmarcadas a través de la abertura de color cobre de la caverna.
«Esta compilación siempre se publica a finales de mayo o principios de junio coincidiendo con el pico de la temporada de la Vía Láctea, y tiene como objetivo inspirar y compartir la belleza de nuestra galaxia», explica Dan Zafra, editor de Capture the Atlas.
La temporada de Vía Láctea abarca de febrero a octubre en el hemisferio norte y de enero a noviembre en el hemisferio sur, siendo el mejor momento para verla y fotografiarla en mayo y junio coincidiendo con el máximo número de horas de visibilidad en ambos hemisferios.
Viaje por nuestra galaxia
«No hay muchos eventos tan especiales como ver cómo nuestra galaxia se eleva iluminando el cielo nocturno. Sin embargo, por la noche hay muchas cosas invisibles a simple vista, y cuando usas una cámara para capturar la Vía Láctea, se abre un mundo completamente nuevo de detalles, colores y luces», destaca el editor.
Más allá de los aspectos técnicos, cada fotografía de Vía Láctea tiene «una historia y una semilla» que ha ido creciendo en la mente del fotógrafo durante algún tiempo hasta que todos los elementos se alinean para crear la imagen.
En la selección de este año se ofrece «un viaje que te llevará desde los remotos desiertos del salvaje oeste americano hasta los paisajes desconocidos del interior de Australia, pasando por espectaculares glaciares, volcanes, montañas, playas… siempre con la Vía Láctea brillando en el cielo».
La lista de este año incluye imágenes tomadas en países como España, Estados Unidos, Chile, Australia, Nueva Zelanda, Brasil, Irán, Turquía, Italia, Eslovenia, Suiza, y Grecia; por 25 fotógrafos de 14 nacionalidades.
Dan Zafra, editor de Capture the Atlas, se encarga de la selección durante todo el año, buscando no solo imágenes tomadas por algunos de los fotógrafos más reconocidos del mundo, sino que también busca nuevos talentos y lugares donde la Vía Láctea no se haya fotografiado antes, como la imagen de las cataratas de Iguazú en la edición de este año.
Capture the Atlas es un blog de viajes y fotografía que publica recursos para organizar viajes y aprender fotografía. En concreto, se centra en fotografía de paisaje y astrofotografía y sus artículos cubren principalmente guías de fotografía, tutoriales e inspiración.
Colección selecta
Captada en Mungo, Australia, ‘Dragon’s Lair, «es mi imagen de paisaje nocturno favorita hasta la fecha», explica su autor Daniel Thoma Gum. «Mungo está a 12 horas en coche de mi casa en Sydney, pero esos cielos de Bortle 1 son los mejores que he podido ver y fotografiar. Tuve condiciones perfectas durante tres noches seguidas con muy buenas vistas en todo momento.
En el momento en que entré en esta escena, supe exactamente cómo quería nombrar la imagen. Fue de otro mundo, como sacada de una escena de Juego de Tronos, y la Vía Láctea se alineó perfectamente con la forma en que quería capturarlo. Paredes grandes e irregulares enmarcaban un camino sinuoso que conducía a una aguja centrada hacia el oeste. Solo iba a haber una forma de hacerle justicia y era con una panorámica de múltiples imágenes de la Vía Láctea.
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