En conmemoración del día de la mujer y la niña en la ciencia, hemos querido unirnos al movimiento #ASKHERMORE del Representation Project, una plataforma que busca mejorar la visibilidad de la mujer en la sociedad.

Ana Manzanares es doctora en Ciencias Físicas por la Universidad Complutense de Madrid, lleva trabajando desde hace 22 años en el campo del diseño de sistemas ópticos e instrumentación de aplicación en una gran variedad de entornos. En 2009 creó la empresa Greenlight Solutions con su socia Luz Pérez, de la que es administradora única, empresa que se dedica al diseño, ingeniería y suministro de sistemas ópticos, fotónicos e instrumentación. Desde hace 12 años es profesora asociada en la Facultad de Óptica y Optometría de la Universidad Complutense de Madrid, donde imparte clases y ha dirigido 6 trabajos de fin de máster. En 2010 comenzó a colaborar como investigadora, operadora de sala de control y desarrolladora de instrumentación en JET Joint European Torus (Oxford, UK), el dispositivo de fusión por confinamiento magnético más grande del mundo en operación. Es miembro senior del SPIE, SEDOPTICA, EOS, RSEF, y vocal y representante del grupo de Iluminación y Displays de la plataforma tecnológica española Fotónica21.

De niña lo que quería era ser médico, pero a los 16 años conoció a una profesora de física, que le transmitió, su pasión por esta rama de la ciencia, saber del porqué de las cosas, el cómo vemos, cómo se genera la luz, por qué sentimos, cómo son las interacciones de los objetos que tenemos a nuestro alrededor, encontrando fascinante que estas cosas se podían describir a través de ecuaciones matemáticas, y así, poder describir la realidad. Está profesora, además de sus clases, también le dejaba libros de ciencia divulgativa, siendo una mujer que estimulaba a los alumnos que tenían potencial.

No recuerda tener ninguna imagen icónica que la animará a estudiar física, en esa época, aunque había mujeres referentes las que pudieras acercarte y tener un modelo, no se visibilizaban ni se conocían. Ahora se da cuenta hasta qué punto hace falta tener modelos femeninos.

Cuando empezó la carrera, no notó discriminación al ser mujer, pero haciendo una reflexión a posteriori, cree que se debe a la normalización de micromachismos a los que estamos acostumbradas, dado que hay actitudes machistas que ahora le llaman más la atención que entonces, con lo cual piensa que, si esto es ahora, antes seguro que vivió momentos de discriminación. El año que inició su carrera, había muchísimas mujeres, y comenta que en la clase de física teórica la mejor alumna era una mujer brillante, además de colaboradora con el resto de sus compañeros, siendo muy accesible. Gracias a su carrera profesional, ha tenido la oportunidad de vivir en diferentes países, con múltiples diferencias culturales, y así mismo, diferentes tipos de discriminación por sexo, a la hora del rol que debería tener una mujer científica, que lamentablemente ha cambiado muy lentamente y muy poco. Afortunadamente, ahora hay muchas más mujeres en la ciencia, pero en general la percepción de una mujer que se dedica la física, es de qué es una persona inteligente, pero NO te consideran con el rol de persona si no con el de mujer. Por ejemplo, comenta que en una reunión que tuvo en Francia hace 7 años, con aproximadamente 25 personas, solo dos eran mujeres, y la organización, además de las charlas, programó actividades culturales, llevando a los hombres a sitios históricos, mientras que las mujeres las querían llevar a centros comerciales, y cuando ellas preguntaron por qué esa discriminación, la respuesta fue que, al ser mujeres, querrían comprar regalos para llevar a sus familias. La sorpresa de estas dos científicas fue enorme, y cuando pidieron unirse al grupo de visita histórica, los organizadores se molestaron, no entendían que a las mujeres no quisieran seguir sus planes. Al ser mujer, esperan de ti es que seas amable, que te preocupes por la familia, qué estás hecha para el cuidado. Ahora, como profesora de física en la Universidad Complutense de Madrid, aún sigue evidenciando comportamientos micromachistas de sus compañeros. Un simple ejemplo, es que muchos ponen en los exámenes “nombre del alumno”, pudiendo poner solamente “nombre” como en cualquier otro documento oficial, sobre todo porque más del 85% de las personas en esta carrera son mujeres, intentando cambiar estás actitudes desde hace más de 10 años que lleva trabajando en la universidad. Aún falta mucho por avanzar. 

Mucha gente se escuda en que los usos del lenguaje lo recogen la Real Academia de la Lengua, donde no hay problema en incluir palabras como “almóndiga”, pero donde se rechaza muchas veces el uso del lenguaje inclusivo. Esta Academia regula el uso de lenguaje acorde con la evolución de este en la sociedad, por lo cual está en nuestra mano el uso adecuado y extenso del lenguaje inclusivo.

La doctora Ana y pertenece a la Real Sociedad Española de Física, concretamente en un grupo español de Mujeres En Física, creado para hacer divulgación científica. El año pasado, tuvieron que hacer una carta, junto con otras mujeres que no eran de la sociedad, para quejarse de la forma en la que el presidente de la Real Sociedad hablaba de la directora de este grupo de mujeres, tildándola de mandona, criticando su personalidad, cosa que no haría si fuera un hombre, pues en ellos, la misma actitud se ve como que se hace respetar. Posteriormente el presidente se disculpó, dándole la razón a este grupo de mujeres valientes.

La doctora Ana ha llevado la ciencia a la comida, y compagina su carrera con clases de cocina vegana, con cupo lleno a las pocas horas de la apertura del curso, siendo una inspiración no sólo para el mejorar forma de comer, sino también trasmitiendo un mensaje de compasión y respeto por el planeta en que el habitamos y el resto de los seres simientes con los que lo compartimos. Comenta que hay personas introvertidas y otras extrovertidas, y si perteneces al segundo grupo, y tienes un conocimiento importante que divulgar, es importante que lo hagas, dar visibilidad de una manera reivindicativa.

Hace 5 años asistió a unas charlas de física en Inglaterra, y cuando llegó se sorprendió mucho pues todo el mundo la saludaba por su nombre, y pensó para sí que no era tan famosa como para que 120 personas la conocieran. Luego se dio cuenta que era la única mujer, por lo que hablo con la persona patrocinadora del evento, pidiendo una explicación de por qué no había más mujeres en dicho evento, dado que en la carrera hay muchas mujeres físicas. El año siguiente, la misma reunión tenía un tercio de personas eran mujeres, y la invitaron a ella como ponente. La moraleja es que no te calles, que si ves que hay una injusticia, la denuncies.

Una colaboradora de la empresa en la que trabaja, Sonia Pérez, ingeniera eléctrica, da charlas a estudiantes de colegios, y ha invitado a Ana a unirse a su grupo. En Inglaterra, por otro lado, en Oxford trabaja en un centro de fusión nuclear por confinamiento magnético de 3 a 6 meses al año, en el que le propusieron ser guía para divulgación científica en el centro y dando charlas en los colegios, encontrando muy interesante el hecho de que muchas niñas no se plantean ser científicas, hasta que no ven a un modelo, las niñas son muy curiosas y hacen muchas preguntas de por qué te gusta la física.

Respecto a la apariencia física, aunque intenta no darle importancia, diversas situaciones, a veces logran conseguir hacerla sentir incómoda, somos muy juzgadas por la apariencia física y por nuestros aspectos sicológicos, como críticas por el hecho de usar escotes, que algún compañero se tome la libertad de cogerte la mano, que al ver que eres una persona simpática, asumen que pueden sobrepasar ciertos límites, te critican si eres mandona, y si no sonríes, es que eres una persona difícil, nos critican si sacamos nuestros argumentos a la hora de debatir, es la generalización de “una mujer no debería refutar”, viendo como sus compañeros ponen “los ojos en blanco”, como cuando reclama que sus compañeros llamen chicas a las mujeres y hombres a los hombres, una de dos, o son chicas y chicos, o son mujeres y hombres, debemos luchar contra la infantilización de la mujer, sobre todo en las mujeres científicas más jóvenes, porque el trato es diferente en contraste con hombres de la misma edad.

Encuentra que el futuro de la mujer en la ciencia es cada vez mejor, cada vez hay mayor representación femenina en las aulas, siendo muy importante que incentivemos a las nuevas generaciones las que somos científicas senior, no desconectarnos, sino apoyarnos las unas a las otras.

Su primer mensaje final es que, si una niña está interesada en ciencia e investigación, que vaya a lo que le gusta, aunque no le parezca lo más conveniente, porque, aunque parezca una idea loca, no importa tanto lo difícil que sea, si no que realmente te interese, pues ese interés te dará resistencia, y seguro que pones en marcha más capacidades para conseguirlo, mientras que, si te dedicas a algo que te parece más conveniente, probablemente no le dediques el mismo esfuerzo, puedes frustrarte en el camino y no disfrutar de la motivación de hacer algo que realmente te apasiona. La pasión es un gran motor. Lo segundo, es que una mujer tiene derecho a equivocarse, lo puede hacer y de eso sacar aprendizaje para seguir hacia delante, pero ninguna mujer es responsable del resto de mujeres, cada persona es responsable de su vida y realización científica, nadie es el representante del resto. A veces se cree que cuando una mujer falla, es porque las mujeres no somos capaces, y esto genera mucho peso en cada mujer que lo intenta. Aunque creas que los demás lo piensan, no pienses eso de ti, ese peso no cae sobre tus hombros. Y tercero, organiza tu vida como consideres, no hay reglas para vivir, si quieres tener hijos o no, es tu decisión, si quieres vivir un tiempo en un país y otro en otro, hazlo, si quieres estudiar o trabajar o ambas cosas a la vez, ve a por ello, así como si te quieres sacar tres doctorados, lo importante es organizarse, cada uno vive su propia vida, nadie la vive por los demás, no hay una lista o guion que tengas que seguir.

La entrevistadora es la dra. Gina Torres es licenciada en Medicina por la Universidad del Rosario, Bogotá, Colombia, en el año 2002. Hizo su posgrado en urología en el Hospital de Getafe, España, del año el 2005 al 2010. Realizó estancias de rotación quirúrgica en las unidades de suelo pélvico y cirugía reconstructiva en el Hospital de Lovaina, Bélgica, y en el Royal Hallamshire Hospital de Sheffield, Inglaterra, en el año 2013. Su tesis doctoral es la contribución de la rama española al Estudio Europeo Randomizado Screening para el Cáncer De Próstata ”ERSPC” por sus siglas en inglés, en el año 2015, en la Universidad de Alcalá, España. Obtuvo la certificación del European Board of Urology (EBU) en el año 2018. Actualmente trabaja en Abu Dhabi Stem Cell Center (ADSCC) en el estudio de tratamientos con células madre en el campo urológico. Es socia fundadora de la Asociación de científicos e investigadores españoles en Emiratos Árabes Unidos (ACIEAU).